El profesor Alejo Vargas, director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz, de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), dijo que una vez conocidos los datos, el Consejo Nacional de Reincorporación (CNR) definirá políticas de reincorporación para los miembros de las Farc.
De la misma manera, desde el Centro de Pensamiento se apoyará todo lo que tiene que ver con el proceso de formulación de los planes de desarrollo con un enfoque territorial, como es el caso de las regiones de Tumaco y Arauca, donde ya se ha venido trabajado con las sedes de frontera de la Universidad Nacional, asegura el profesor Vargas.
El Acuerdo Final de Paz tiene un enfoque de paz territorial, es decir que esta se construye con base en los problemas propios de la región.
En el caso de Arauca, por ejemplo, después de superar la crisis de la guerra es necesario determinar la verdadera vocación de la región y la manera como se puede garantizar la participación de todos en el proceso de desarrollo.
La Misión de la ONU en Colombia acaba de certificar que ya recibió 7.132 armas de manos de los miembros de las Farc, que corresponden al conjunto de armas individuales que ese grupo tiene en las zonas veredales. Con esta noticia se concreta el compromiso de dejación de armas por parte de este grupo, acordado el 29 de mayo.
Según el profesor Vargas, la interpretación que se le puede dar a este acontecimiento no es otra cosa que el fin del alzamiento armado de las Farc contra el Estado colombiano, es igualmente una evidencia contundente del cumplimiento de la implementación de los acuerdos. “Las Naciones Unidas, que es el organismo de monitoreo, ha verificado que efectivamente esto es real y por supuesto que es el fin de las Farc como guerrilla y la antesala de su conversión en una organización política” asegura.
La parte de desarme fue muy bien definida en el Acuerdo: solamente participaron las Naciones Unidas, delegados del Gobierno y delegados de las Farc, quienes fueron los que crearon toda la estructura regional de ese mecanismo de verificación y monitoreo. Ellos son quienes han recibido las armas y el inventario, y estarán encargados de la destruirlas y transformarlas en monumentos.
Otro gran aporte de la U.N., el Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz junto con el Ejército Nacional, a través del Centro de Análisis Estratégico (CAEEF) del Comando de Transformación Ejército del Futuro (Cotef) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) es la inauguración este jueves 29 de junio del “Segundo ciclo de diálogos territoriales para la transición en materia de seguridad pública y la construcción del Ejército del Futuro”.
“El Ejército tiene que adecuarse a las nuevas realidades del país en cuanto a la necesidad de afrontar distintos retos como el tráfico ilícito, los riesgos ambientales, el desminado del territorio y la respuesta a las necesidades de defensa”, concluye el profesor Vargas.