En Saravena, después de 71 años, los U’wa de Calafitas II ya tienen agua en sus casas
Diecinueve familias de la comunidad indígena U’wahoy, después de su asentamiento en 1945, por fin gozan del servicio de agua permanente en sus viviendas gracias a un proyecto de acueducto financiado con $159 millones provenientes de recursos de regalías.
Los habitantes de la vereda Calafitas II en el municipio de Saravena, Arauca, ya no tienen que desplazarse en promedio 15 minutos a pie hasta llegar al río más cercano, que fue por años su única fuente de abastecimiento.
Atrás quedaron los viajes con pimpinas y ollas en los que hasta los niños iban a recoger agua para abastecer las necesidades domésticas, así como la carga de talegos de ropa por parte de las mujeres para ir a lavar a orillas de la quebrada.
En su lengua nativa y mientras lava los utensilios de cocina de la escuela de la comunidad,Ana Carmenza Pérezmanifiesta “todos estamos muy contentos con esta agua pura. Antes nos tocaba muy duro. Yo tengo una niña y me tocaba ir todas las mañanas a buscar agua al río para bañarla y mandarla a estudiar. También se enfermaba mucho”.
Su esposo, Mario Lizarazo Pérez, gobernador de la vereda expresa “gracias a Dios que nosotros ya tenemos agua. Nuestros ancestros nunca la tuvieron. Es un gran beneficio para nuestra comunidad. Para la salud y bienestar de nuestros niños, porque el agua que viene del río tiene mucha contaminación”.
“Caminábamos 15 minutos hasta el río Calafitas, pero para ir al Sitacá eran 20 para ir y 20 para venir. Nosotros soñábamos y pedíamos a Dios que esta agua llegara hasta la casa”, añadeLizarazo.
Con la llegada del preciado líquido hasta sus hogares las familias han mejorado notablemente su calidad de vida. Según un estudio de la Asociación de Cabildos y Autoridades Tradicionales Indígenas del departamento de Arauca esta comunidad presentaba como principales causas de consulta en el hospital de Saravena problemas de parasitosis intestinal con un porcentaje del 56%, seguido de afecciones gástricas representado en un 22%, siendo los niños los más afectados por el consumo de agua no tratada.
Este proyecto exitoso consistió en construir un acueducto que transporta agua potable desde una bocatoma del sistema de captación río Chiquito mediante un paso elevado de tubería sobre el caño de desviación del río Calafitas. Según explicó Carlos Martinez, Coordinador de la oficina de Asuntos Étnicos del municipio, con esta inversión se logró ampliar la cobertura del servicio de agua en 1,41% de la población en zona rural de Saravena (6.142 personas) que no tiene acceso a agua.
María Ligia Salazar, profesora de la escuela Rarayaskuba, a la que asisten 23 menores dice que “fue algo muy beneficioso para la comunidad educativa porque acá tenemos el programa de restaurante escolar y esto ha permitido que funcione de la mejor manera, puesto que ya el agua está aquí en la cocina para preparar alimentos y para la limpieza. Los niños ahora vienen aseados a estudiar y también toman de esa agua en las horas de descanso”.
Tener el servicio ha generado la necesidad de los indígenas U’wa de acondicionar sus casas con lavaderos y lavaplatos, pero aún ninguna cuenta con baño, por lo que el coordinador de la oficina de asuntos étnicos de la Alcaldía de Saravena, Carlos Martínez,presentará en el próximo Ocad municipal un proyecto de mejora de vivienda. Él afirma que el agua llegó a las llaves en marzo del 2014 y que desde entonces el servicio ha sido gratis.
“Hoy son 19 familias beneficiadas y a cada vivienda le llega el agua establecida con su llavecita. En la institución educativa no se contaba con este servicio y esto ahora garantiza que los niños asistan con más frecuencia. Además, ya no hay riesgos de que cuando se crezca la creciente se puedan perder vidas”, asegura.