Entre el 5 de agosto y 20 de octubre del presente año, el HSVA obtuvo ingresos por prestación de servicios de salud por alrededor de 9 mil millones de pesos; la mayoría cancelados de manera directa por algunas EPSs.
Tras dos meses de estar al frente con el cargo de director del Hospital San Vicente de Arauca (HSVA), el profesional Raúl García Loyo ha logrado pequeños pero firmes avances en temas como el mejoramiento de la prestación del servicio, el pago oportuno de empleados y el cobro de cartera de esta importante entidad. Es así como, como entre el 5 de agosto y 20 de octubre del presente año, el HSVA obtuvo ingresos por prestación de servicios de salud por alrededor de 9 mil millones de pesos; la mayoría cancelados de manera directa por algunas EPSs.
Aunque a principios de año fueron marcadas las protestas y paralización de actividades por parte de los trabajadores de este hospital, las relaciones entre los sindicatos con la actual junta directiva han mejorado notablemente; pues ha sido atendida la principal demanda: el pago por su trabajo.
En este sentido, su director García Loyo destacó que en su administración se le han abonado a los funcionarios del Hospital 6 mil 193 millones de pesos en pagos de sueldos y honorarios atrasados. “Al personal de planta se le tenían cuatro salarios atrasados y han sido pagados con su prima del mes de junio; hemos abonados los meses de abril, mayo, junio, y julio. A los de OPS también se les canceló los meses de julio, agosto y marzo. Nuestro compromiso es seguir abonando los meses para terminar el año y no deber salarios”, explicó García.
Lo que respecta al cobro de cartera, el funcionario indicó que viene haciéndose una depuración para conocer la cantidad exacta que se le adeuda al HSVA, pero que esta podría estar cercana a los 26 millones de pesos. Del mismo modo, su junta directiva y representantes han gestionado los cobros ante algunas EPSs Cafésalud, Comparta y la Nueva EPS.
A través de un recorrido por las instalaciones de este centro de salud, se pudo evidenciar la adecuación y mejoras en las instalaciones y algunos de los espacios. Las camillas en los pasillos solo son un mal recuerdo para quienes pensaban que “lo mejor era no enfermarse”.