El pasado 1 de febrero el Consejo de Estado confirmó la continuidad del alcalde del municipio de Arauca, rechazando la solicitud de suspensión provisional del cargo en su contra. Esta decisión sigue a un fallo inicial del Tribunal Administrativo de Arauca, que ya había negado la suspensión, consolidando así la posición del alcalde y su administración frente a los desafíos legales presentados en su contra.
El uso de mecanismos legales para cuestionar la legitimidad de mandatarios electos, aunque es un derecho fundamental en un Estado de derecho, plantea serias reflexiones sobre su impacto en la democracia, especialmente cuando se utiliza de manera excesiva o sin el mismo rigor en casos de corrupción e incompetencia que han afectado profundamente a regiones como Arauca. La situación actual refleja la importancia de evaluar la intención y el efecto de tales acciones legales, especialmente en un contexto donde, como la administración actual liderada por este alcalde, ha mostrado resultados positivos en la implementación de sus propuestas electorales.
Esta decisión que beneficia a la administración del alcalde Qüenza no solo despeja la posibilidad de sacarlo del cargo de manera provisional, sino que también refleja un reconocimiento a la necesidad de estabilidad y continuidad para el desarrollo de Arauca. La comunidad, que respaldó al alcalde en las urnas y ahora observa la materialización de sus promesas, encuentra en esta decisión una doble legitimación de su mandato. En este sentido, Arauca se enfrenta a un momento determinante, donde la confirmación del Consejo de Estado no solo es una victoria legal para Juan Qüenza sino también un llamado a una tregua urgente para el territorio, necesitada de paz y progreso.