En 2023, la violencia contra niños y adolescentes en Colombia alcanzó cifras alarmantes, con más de 600 menores fallecidos de forma violenta, según informes entregados por la Procuraduría General de la Nación y el Instituto de Medicina Legal. Estas estadísticas subrayan una crisis que requiere de medidas urgentes para proteger a la población infantil y juvenil del país.
El año pasado, además de los fallecimientos, se registraron 280 suicidios entre menores, y solo en enero de este año, 44 casos de lesiones fatales, 40 de ellos adolescentes, revelando un sombrío panorama de violencia física, sexual y psicológica, a menudo infligida por aquellos que deberían ofrecer protección: padres y cuidadores.
La situación se ve agravada por el acoso escolar, la negligencia, el abandono, las uniones tempranas, matrimonios forzados, el trabajo infantil y el reclutamiento forzado, situaciones de alto riesgo que demandan la completa atención de las instituciones. La Procuraduría ha expresado su preocupación, reprochando estos hechos considerados inconcebibles.
La Policía Nacional aporta a este escenario datos igualmente preocupantes, con 12.532 casos reportados en 2023, de los cuales 7.663 afectaron a niños y 4.869 a adolescentes. Los primeros dos meses de 2024 ya han visto 1.244 casos, con 654 afectando a la infancia.
Estas cifras constituyen un llamado urgente a reforzar las acciones de protección y prevención para asegurar el bienestar y la seguridad de los niños y adolescentes en Colombia.