El Gobierno decidió suspender los diálogos con el ELN después del ataque en Arauquita, en el que murieron dos soldados y 25 más resultaron heridos. El atentado, ejecutado con cilindros bomba cerca de una escuela con 1.400 estudiantes, generó el rechazo de diferentes sectores políticos.
La delegación de paz del Gobierno emitió un comunicado anunciando la suspensión de las negociaciones, señalando que la confianza en el proceso está gravemente afectada y solo podrá restablecerse si el ELN demuestra una clara intención de paz.
El presidente Gustavo Petro también se pronunció sobre el ataque, calificándolo como un obstáculo que pone en peligro la continuación de las conversaciones.
El atentado en Arauquita se suma a otros actos violentos recientes, como los ataques al oleoducto Caño Limón-Coveñas y otros incidentes que han intensificado la violencia en varias regiones del país.