El posible cierre de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), impulsado por la administración de Donald Trump, podría dejar sin atención a más de 15.000 personas en Colombia, advirtió el director de Cáritas Colombiana, el P. Mauricio Alejandro Rey Sepúlveda.
En una entrevista con ACI Prensa, el sacerdote explicó que USAID ha sido un pilar fundamental en el financiamiento de proyectos sociales en el país, brindando apoyo en temas de migración, convivencia, democracia y restablecimiento de derechos. “No hay manera de cubrir esos recursos, es imposible”, aseguró.
El cierre de USAID se suma a la reciente congelación de ayudas internacionales por parte del gobierno estadounidense, anunciada el 24 de enero, medida que impacta programas dirigidos a poblaciones vulnerables en Arauca, Nueva Pamplona, Medellín, Pasto, Puerto Carreño, Cali, Popayán, Palmira y Soacha.
El multimillonario Elon Musk, recientemente nombrado por Trump como líder del Departamento de Eficiencia Gubernamental, ha sido uno de los principales promotores de la eliminación de la agencia, calificándola como una “organización criminal” a través de la red social X.
Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, asumió la dirección interina de USAID y reconoció que la agencia ha financiado programas que, según él, “no siempre se alinean con los intereses nacionales estadounidenses”. No obstante, aclaró que algunas iniciativas seguirán en marcha.
Uno de los programas más afectados sería “Construyendo Puentes hacia la Integración”, que atendía a migrantes venezolanos, refugiados, solicitantes de asilo y colombianos en situación de vulnerabilidad. A través de este proyecto, más de 15.000 personas recibían orientación jurídica, apoyo psicológico y asesoría laboral, entre otros beneficios.
El P. Rey Sepúlveda destacó que el impacto social de esta decisión será grave, ya que las organizaciones como Cáritas ofrecen servicios esenciales que el Estado colombiano no tiene la capacidad de suplir. En ciudades como Cali, el programa sostenía iniciativas como la Fundación Alianza Solidaria y el Comedor Comunitario Pan y Amor, que ahora enfrentan un futuro incierto.
Además del impacto en la población beneficiaria, la medida también afecta a cerca de 150 trabajadores que habían sido contratados para la ejecución de estos proyectos, quienes quedan en un estado de incertidumbre laboral.
Según datos del Congressional Research Service, USAID manejó un presupuesto de más de 43.000 millones de dólares en 2023, de los cuales cerca de 1.800 millones fueron destinados a América Latina y el Caribe. Con su posible desaparición, el panorama para las organizaciones que dependen de estos fondos se torna cada vez más incierto.
Mientras avanza la revisión de las ayudas congeladas, organizaciones humanitarias y religiosas esperan que el gobierno estadounidense reconsidere su postura y permita la continuidad de estos programas fundamentales para la población en riesgo.