La floricultura colombiana sigue consolidándose como un referente de calidad a nivel internacional, especialmente en fechas clave como San Valentín. De acuerdo con la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores (Asocolflores), las rosas del país dominan el mercado estadounidense con una participación del 65 % al 70 %, mientras que en el segmento de ramos o buqués su presencia alcanza el 89 %. Este liderazgo es un reflejo de la calidad y tradición del sector, que se ha fortalecido a lo largo de los años con prácticas agrícolas sostenibles y el reconocimiento de sus productos en el ámbito global.
Uno de los aspectos que destaca el posicionamiento de la floricultura colombiana es el reconocimiento de sus variedades dentro de los productos con denominación de origen. En el país, 29 productos han recibido esta distinción por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio, un sello que garantiza la autenticidad y calidad de los bienes en relación con su lugar de producción. Colombia lidera en la región andina en este ámbito, superando a Perú (11 productos), Ecuador (7) y Bolivia (5).
Entre las denominaciones de origen en el país, tres corresponden al sector floricultor: el Clavel de Colombia (producido en Bogotá y Cundinamarca), el Crisantemo de Colombia (presente en Bogotá, Cundinamarca y Antioquia) y la Rosa de Colombia (cultivada en las mismas regiones). Estos reconocimientos garantizan que la reputación y calidad de estas flores están estrechamente ligadas a las condiciones geográficas y el conocimiento técnico de sus productores.
Más allá de las flores, el café colombiano también es un protagonista en el listado de productos con denominación de origen. El Café de Colombia es reconocido en 19 departamentos del país, mientras que otras variedades específicas, como el Café de la Sierra Nevada, Café del Huila, Café de Santander, Café del Tolima, Café de Nariño y Café del Cauca, también cuentan con este distintivo, fortaleciendo la identidad y el prestigio del café nacional en el mercado internacional.
Huila es el departamento con el mayor número de productos con denominación de origen, con seis reconocimientos, seguido de Tolima, Nariño, Cundinamarca, Boyacá y Antioquia, cada uno con cuatro. Otros departamentos como Bolívar, La Guajira, Córdoba y Sucre también cuentan con distinciones en productos artesanales y agroindustriales.
En el ámbito de la artesanía, Colombia ha logrado el reconocimiento de productos emblemáticos como la cerámica artesanal de Ráquira (Boyacá), la cerámica del Carmen de Viboral (Antioquia) y la cerámica negra de La Chamba (Tolima). También se destacan los sombreros tradicionales de distintas regiones, como el Sombrero Aguadeño (Caldas), el Sombrero Suaza (Huila) y los Sombreros de Sandoná (Nariño).
Dentro de los alimentos con denominación de origen, se encuentran el Bizcocho de Achira del Huila, el Bocadillo Veleño (Santander), el Queso Paipa (Boyacá) y el Queso del Caquetá. Asimismo, productos naturales como el Cangrejo Negro de Providencia (San Andrés) y la Cholupa del Huila han recibido esta distinción por su estrecha relación con su entorno de producción.
A nivel regional, la Comunidad Andina de Naciones (CAN) ha documentado las 52 denominaciones de origen que existen en Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia. Este esfuerzo busca resaltar la importancia de la protección de estos productos y su vínculo con la cultura y economía de cada país. Dentro de estos, se encuentran productos icónicos como el Singani de Bolivia, el Sombrero de Montecristi de Ecuador y el Pisco de Perú.
El reconocimiento de los productos colombianos con denominación de origen refuerza su presencia en el mercado internacional y contribuye a la protección de la propiedad intelectual y cultural del país. Con una oferta variada y de alta calidad, Colombia sigue posicionándose como un referente en sectores clave como la floricultura, la caficultura y la producción artesanal, destacando su riqueza natural y el conocimiento tradicional de sus comunidades.