Vale recordar que una cantidad similar de ranchos fue arrasada durante la avalancha ocurrida el 12 de febrero de 2005. Es más, el número de gente que hoy vive en tales habitaciones es equivalente a la lista de damnificados que dejó la borrasca de ese entonces. Es decir, trece años después de aquella tragedia, en el margen del peligroso afluente se cuenta con la misma población vulnerable. Incluso, muchas de las familias que lo perdieron todo durante el aguacero reconstruyeron sus cambuches justo en el sitio de la tragedia, publica Vanguardia.
De hecho, la lluvia que arreció en Bucaramanga durante la mañana de ayer, tras la creciente del citado afluente, les dio una nueva alerta a las personas que residen en inmediaciones de este lugar, adscrito a la Comuna Uno.
Si bien la emergencia no pasó a mayores, el Teniente Jorge Peña, del Cuerpo de Bomberos, instó a las personas que insisten en residir en esta área de alto riesgo a alejarse de dicha zona de peligro.
Según la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Cdmb, el constante represamiento de residuos de construcción, promovido por urbanizadores ‘piratas’ en esta área del barrio El Túnel, está socavando algunos muros de contención del río, situación que podría ocasionar inundaciones futuras, tan graves o más dramáticas de las ocurridas el 9 y 12 de febrero de 2005.
Al no contar con redes públicas, los cambuches en estas zonas marginales arrojan sus aguas negras al afluente, agravando el problema.
Emergencia en Villas de Girardot
El desplome del tronco de un gigantesco árbol, en el sector de Villas de Girardot, al occidente de Bucaramanga, estuvo a punto de causar una tragedia. El desprendimiento destruyó dos ranchos de igual número de familias que han insistido en ocupar este tipo de ladera de la Comuna 4 de Bucaramanga, pese al riesgo que ello representa.
La emergencia se vivió como consecuencia de la intensa lluvia que azotó a la capital santandereana durante la mañana de ayer, según informó el Teniente Jorge Peña, del Cuerpo de Bomberos. El colapso solo dejó pérdidas materiales.
Fuente: Vanguardia