El lunes 4 de noviembre, el presidente Gustavo Petro anunció la implementación de nuevas medidas de seguridad en regiones que han sido fuertemente afectadas por el conflicto armado, como parte de su política de “Paz Total”. Estas estrategias incluyen el incremento de la presencia militar y policial en zonas críticas, además de la introducción de programas sociales y de desarrollo para las comunidades vulnerables que residen en estos territorios.
Según el mandatario, el objetivo de estas medidas es brindar estabilidad y seguridad en áreas que históricamente han sufrido violencia por parte de grupos armados ilegales, tales como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC. La intervención del gobierno no solo se enfocará en el despliegue de fuerzas de seguridad, sino también en proyectos de infraestructura, salud y educación que fortalezcan la resiliencia y calidad de vida de las comunidades.
El presidente Petro subrayó la importancia de reducir los niveles de violencia a través de una combinación de esfuerzos de seguridad y desarrollo social, buscando cortar el flujo de nuevos reclutas hacia los grupos armados ilegales. Estas iniciativas, que se pondrán en marcha de inmediato, contarán con el apoyo de las autoridades locales y del Ministerio de Defensa.
Esta decisión ha sido bien recibida en algunas de las comunidades afectadas, que consideran la presencia del Estado como un elemento fundamental para mejorar sus condiciones de vida. No obstante, expertos en seguridad y derechos humanos han advertido que la sostenibilidad de estas estrategias dependerá en gran medida de la capacidad del gobierno para ejecutar los proyectos sociales propuestos, así como de la cooperación y confianza que se logre establecer con la población civil en estas regiones.
La política de “Paz Total” continúa siendo uno de los ejes centrales de la administración de Petro, con miras a reducir el conflicto armado y propiciar un ambiente de diálogo con los distintos actores armados que persisten en el país.