La región del Catatumbo, ubicada en el noreste de Colombia, enfrenta una grave crisis humanitaria debido a los enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC. Según la Defensoría del Pueblo, estos conflictos han dejado al menos 80 muertos, 32 personas secuestradas y cientos de desplazados en las últimas semanas.
El presidente Gustavo Petro anunció la suspensión de los diálogos de paz con el ELN, calificando las acciones del grupo armado como “crímenes de guerra”. Esta decisión ha generado un debate nacional e internacional sobre las posibilidades de avanzar hacia la paz en una de las regiones más conflictivas del país.
Cortesía: AFP Noticias
Ante la escalada de violencia, el Gobierno Nacional ha desplegado 300 efectivos militares en la zona con el objetivo de proteger a la población civil y controlar la situación. Sin embargo, la Defensoría del Pueblo ha manifestado su preocupación por la vulneración de derechos humanos en la región y ha pedido medidas urgentes para garantizar la seguridad de los habitantes.
Líderes sociales, como José del Carmen Abril, han denunciado amenazas de muerte por parte del ELN, evidenciando los riesgos que enfrentan quienes defienden los derechos humanos en el Catatumbo. Las comunidades afectadas han solicitado mayor presencia del Estado y apoyo humanitario inmediato para enfrentar la crisis.
La comunidad internacional y organizaciones de derechos humanos han instado al Gobierno colombiano a retomar el diálogo como una solución al conflicto armado y a implementar acciones contundentes para proteger a la población civil en esta región fronteriza con Venezuela.