En lo transcurrido del año se han presentado 20 atentados al citado oleoducto, razón por la cual desde hace 29 días está suspendida la operación de bombeo desde el campo Caño Limón para el transporte de crudo por trabajos de reparación.
Esta parálisis llevó, además, a que desde hace 11 días el campo Caño Limón este totalmente cerrado. Durante este tiempo, y por el tope de almacenamiento, se han dejado de producir (producción diferida) 58.000 barriles por día, es decir 638.000 en total.
Los ataques al oleoducto se concentran en la zona del Catatumbo (Norte de Santander), entre los municipios de El Tarra, el Carmen y San Calixto.
“Los atentados son autoría del Ejército de Liberación Nacional (Eln) y eso ocurre entre los kilómetros 390 y 430 del oleoducto, en una zona montañosa, selvática y de difícil acceso”, precisa Eduardo Uribe, Vicepresidente de Sostenibilidad de la petrolera colombiana.
Según datos de la petrolera, el costo total de las reparaciones de los daños causados por atentados al oleoducto Caño Limón Coveñas en lo corrido del 2017 ha sido de $4.180 millones.
“Cada arreglo del tubo nos cuesta cerca de $209 millones. Este costo incluye horas helicóptero, remediación ambiental, mano de obra para alquiler de camas bajas y maquinaria”, señala Uribe de Ecopetrol.
Al dejar de recibir estos recursos, se tiene impacto sobre regalías, impuestos y dividendos a los accionistas y a la nación.