La décima cumbre del G20 se celebra este fin de semana en Argentina con un telón de fondo de tensiones comerciales y sobre el cambio climático, pero la atmósfera se enrareció aún más con la profundización del conflicto entre Rusia y Ucrania.
Los jefes de Estado y de gobierno de las G20 potencias del planeta, 19 países y la Unión Europea, que concentran 85% del Producto Interno Bruto (PIB) del mundo, se reunirán viernes y sábado en Buenos Aires, difundió AFP.
Más de 22.000 policías argentinos se desplegarán para dar seguridad a la cumbre, en un país afectado por una nueva crisis económica, y un año después de un G20 en Hamburgo marcado por la violencia.
Organizaciones sociales argentinas han convocado una serie de actividades, desde talleres y charlas en la plaza del Congreso hasta una manifestación que esperan “masiva y pacífica” para rechazar al G20 y las políticas económicas del presidente Mauricio Macri.
“El tema que acaba de surgir es el del Mar de Azov”, donde los guardacostas rusos abordaron tres barcos militares ucranianos, dijo François Heisbourg, asesor de la Fundación para la Investigación Estratégica con sede en París. Ucrania, que no es miembro del G20, ha respondido con la instauración de la ley marcial.
El presidente de Estados Unidos espera un informe de sus asesores de seguridad nacional sobre la situación en Ucrania, cuyas conclusiones serán “decisivas”. “Tal vez no tendré esa entrevista” con Putin, dijo.
Sin embargo, el Kremlin dio a entender este miércoles que la cita sigue en pie y enfatizó la importancia de un encuentro entre Trump y Putin. “Ambas partes necesitan por igual esta reunión”, declaró el consejero del Kremlin, Yuri Ushakov.
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“El 1 de diciembre tendrá lugar una reunión del presidente de Rusia con el presidente estadounidense Donald Trump. Tendrá dos partes: una reunión los dos a solas y luego una reunión con los miembros clave de las delegaciones de ambos países”, añadió.
El mandatario ruso también encontrará a sus pares europeos, que igualmente repudiarían esta escalada con Ucrania.
El presidente de Estados Unidos se reunirá con su homólogo Xi Jinping en Buenos Aires, en el otro gran duelo de la cumbre.
Mientras la escalada de represalias aduaneras entre Pekín y Washington ya sacude la economía mundial, Trump reiteró el lunes su amenaza de gravar a todos los productos chinos importados a Estados Unidos.
El martes, sin embargo, dijo que veía una “buena oportunidad” de alcanzar un acuerdo con China bajo ciertas condiciones.
El 18 de noviembre, la cumbre de la Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) terminó en punto muerto, sin comunicado final, luego de los intercambios acalorados entre los representantes de Estados Unidos y China.
En Buenos Aires, el comunicado final intentará promover una visión “racional y positiva” del comercio, dijo a la AFP el ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Jorge Faurie.
Pero diez años después de la primera cumbre de mandatarios del G20, el multilateralismo se ve socavado por la política de “Estados Unidos Primero” de Trump, la elección de líderes populistas (en Italia y Brasil, por nombrar solo dos miembros del G20), y el Brexit.
Ninguna buena intención, aunque sea vaga, logra un consenso. Especialmente, la promesa de luchar contra el calentamiento global, que Francia pretende defender en Buenos Aires, antes de la apertura de la conferencia climática COP24 del 2 de diciembre en Polonia.
Emmanuel Macron difícilmente logrará convencer a Trump, quien retiró a su país del Acuerdo de París y cuestiona el calentamiento global.