Norte de Santander se ha convertido en la región del país donde el sentimiento de júbilo que produce la liberación de una persona se desvanece rápidamente con la noticia de un nuevo secuestro.
Este perverso engranaje quedó evidenciado en los cuatro casos de secuestro, que se han registrado en las últimas tres semanas, en localidades de la provincia de Ocaña y en la región del Catatumbo, muy cerca de Venezuela, difundió EL TIEMPO.
Prueba de esto es el plagio de Willinton Vergel Ascanio, el ganadero que fue abordado por seis hombres armados el 9 de octubre, casi a la misma hora en que los ojos del país seguían en vivo el retorno a la libertad de Cristo José Contreras, el hijo menor del alcalde de El Carmen, Edwin Contreras.
Un episodio similar ocurrió este fin de semana con el comerciante William Franco Choco, de 57 años, que fue raptado el domingo, en zona rural de Ocaña. Tres días atrás, la población de este municipio celebraba el regreso de Ángel David Castillo, un empleado de la plaza de mercado, que desapareció el pasado 2 de septiembre, en el corregimiento de Pueblo Nuevo, y duró dos meses privado de la libertad.
“Hemos notado una especie de sistematicidad en estos hechos delictivos, en los que retienen a uno y liberan al otro. Estas personas son reconocidas de alguna manera por la sociedad y no desde el punto de vista económico, lo que nos preocupa aún más pues realmente no sabemos cuál sería el perfil de quien va a ser el próximo secuestrado, porque hablamos de personas no acaudaladas, trabajadoras y profesionales”, dijo Diana Carolina Martínez Casadiego, personera de Ocaña.
De acuerdo con el Gaula de la Policía, en Norte de Santander los casos de secuestro entre 2017 y 2018 se han reducido en un 26 por ciento, al pasar de 23 a 17 plagios y a nivel nacional se registra una reducción del 17 por ciento.
Los Gaulas militar y de Policía priorizaron el departamento con un grupo especial que busca cerrar la dinámica registrada.
Sin embargo, estas cifras riñen con el reporte elaborado por el Observatorio de Derechos Humanos de la Fundación Progresar, durante los siete meses de confrontación que mantienen el Eln y ‘los Pelusos’, por el control del narcotráfico.
Esta organización ha documentado 29 secuestros este año, de los cuales 12 fueron perpetrados por alguno de estos actores armados. Cinco de las víctimas fueron líderes sociales de la zona y dos de ellas siguen en cautiverio.
“Lo que está ocurriendo en el departamento con el tema de los secuestros tiene una motivación perversa que debe alertar al Gobierno Nacional, porque ocurre uno tras de otro y en una gran impunidad, que hace posible su reincidencia”, aseveró Wilfredo Cañizares, director de la Fundación Progresar, quien resaltó que “más allá de ocultar un plagio con la ocurrencia de otro, el objetivo de todo esto estaría encaminado a silenciar a la comunidad y sembrar miedo”.