El aumento de población en 132.263 personas se debe, principalmente, al crecimiento del número de extranjeros
Durante 2017, 532.482 personas procedentes del extranjero establecieron su residencia en España. El número no era tan alto desde antes de la crisis, cuando en 2008 llegaron 599.074 inmigrantes. En el último año, el saldo migratorio exterior (la diferencia entre las entradas y las salidas a España) ha sido positivo, llegaron 164.604 personas más de las que se fueron. De las 532.482 personas que llegaron, casi un 15% eran españoles, pero la mayor parte (un 58%) habían nacido en el extranjero. Es decir, junto a los españoles que retornan, volvieron a España algunos de los extranjeros nacionalizados españoles. Publica El País.
La cifra es positiva por segundo año consecutivo, cambiando la tendencia negativa iniciada en 2010. Los números casi duplican los del año anterior, cuando el Instituto Nacional de Estadística (INE) constató una diferencia de 87.422 personas entre la población que llegó a España y la que salió. Este incremento consolida el cambio de tendencia iniciado en 2016 y precedido por los años de mayores dificultades económicas con saldos migratorios marcadamente negativos. En los peores años de la crisis, 2012 y 2013, se registraron fuertes saldos negativos de 142.552 y 251.531 habitantes, respectivamente.
“Es importante señalar que aunque el saldo migratorio sea positivo y haya crecido en importancia, la emigración fuera de España también ha crecido. En 2017 salieron 367.878 personas, 40.000 más que en 2016”, advierte María Dolores López, de la Universidad de Navarra. “Para comprender el juego de las migraciones hay que ser conscientes que se superponen los dos procesos, llegan más, bastantes más, pero también se van algunos más de los que se fueron en 2016”, complementa. Como apunta López, la inmigración, en ese periodo, aumentó un 28,4% y la emigración un 12,4%.
La población residente en España creció en 2017 por segundo año consecutivo y alcanzó a 1 de enero de 2018 la cifra de 46.659.302 personas empadronadas. El aumento, de 132.263 personas durante 2017, se debe, principalmente, al crecimiento de la población procedente del extranjero, ya que el crecimiento natural de la población, o saldo vegetativo, fue negativo: murieron 31.245 personas más que las que nacieron. “La estadística de migraciones plantea un contraste con las estadísticas de población”, mantiene el subdirector adjunto del INE, Jorge Vega. “Hace unos días conocíamos un saldo vegetativo negativo récord en España, con una diferencia entre nacimientos y fallecimientos de -31.245 en 2017. Ahora, estas cifras nos completan los datos de población y comprobamos que hay un saldo positivo de más de 164.000 personas. El país no pierde habitantes, gana. Si nos ceñimos a los datos de los últimos años es un saldo es bastante alto”, explica.
La Estadística de Migraciones del INE revela que la inmigración aumentó en España un 28,4% y la emigración un 12,4% respecto al año anterior. Si nos fijamos en el saldo migratorio exclusivamente de los extranjeros los datos arrojan que aumentó un 51,9% hasta llegar a las 174.231 personas. Este saldo es positivo por tercer año consecutivo.
Respecto a los extranjeros que llegaron a España durante 2017, las principales nacionalidades fueron la marroquí (con 39.847 llegadas), la colombiana (34.210) y la venezolana (31.468). Entre las 20 nacionalidades con mayor flujo migratorio, Venezuela y Colombia son los países que más crecieron. Si tenemos en cuenta a todas las personas que llegaron, con y sin nacionalidad española, el flujo de mayor llegada es el procedente de Venezuela. “La dura situación de Venezuela y la salida masiva de población que mayoritariamente se desplaza a los países limítrofes, junto con los lazos históricos de las dos poblaciones, explica la presencia de España como destino migratorio. El crecimiento porcentual de peruanos y hondureños también es destacable”, resalta María Dolores López. En el extremo opuesto, Rumanía y Reino Unido presentan los saldos más negativos.
Los flujos de inmigración aumentaron en los 15 principales países de origen de extranjeros, sobre todo en las personas de nacionalidad peruana (un 75,2% más que durante 2016), venezolana (un 70% más) y hondureña (un 67,4% más)
Por comunidades autónomas, Madrid, Cataluña y Baleares presentaron los saldos migratorios más elevados en 2017. En el extremo opuesto, Andalucía, Castilla y León y Castilla-La Mancha registraron los saldos migratorios interiores más negativos.
Entre los extranjeros que emigraron de España en 2017, las nacionalidades predominantes fueron la rumana (47.396 emigraciones), la británica (27.013) y la marroquí (22.498). Estas son, además, las nacionalidades mayoritarias entre la población extranjera residente.