Empieza un nuevo año, y como es costumbre, estos primeros días sirven para establecer compromisos, anhelos y metas, que esperamos cumplir a nivel personal, familiar y comunitario. En esta ocasión, me tomé la atribución de enumerar los que a mi juicio, deben ser los retos y propósitos que debemos asumir los araucanos en el año 2021:
1. En primer lugar, no puede estar otro tema que la pandemia. Con las fases y las fechas de vacunación más o menos claras, un propósito para el año 2021 es que este proceso sea lo más transparente posible, y que no sea cooptado por el clientelismo, el amiguismo y la corrupción, que tanto daño le hacen a nuestro territorio. Confiemos, en que las entidades participantes en esta importante actividad, lleven las vacunas oportunamente a quienes más lo requieren.
2. Otro tema importante para mi -y me excuso de antemano por ser reiterativo-, es el del desempleo en el departamento de Arauca. Un reto que debe asumir toda la institucionalidad pública y privada a la que atañe el tema, es la de dar vida a una política pública de empleo que se ha quedado en letra muerta. Desde ya hay que hacer un vehemente llamado para que se establezcan metas concretas de generación de nuevos puestos de empleo, se promueva el monitoreo del mercado laboral en el departamento, y se fortalezca el accionar de las instituciones del orden nacional que tienen a su cargo la gestión del empleo, sin lugar a dudas, el tema económico más apremiante en el territorio.
3. Otro propósito inaplazable, tiene que ver con la puesta en marcha de las plantas de procesamiento que se han venido financiando con recursos públicos. Esperemos que cuanto antes, se definan los esquemas de gestión de estas unidades productivas, los aportes en contraprestación de los actores privados intervinientes, así como los supuestos de los planes de negocios que permitan garantizar la sostenibilidad de las mismas. Claramente, en esta puesta en marcha deben promoverse las alianzas público-privadas, pero en una situación de equidad en la que las posibles ganancias o pérdidas, sean asumidas por igual por el gobierno departamental y los gremios productores.
4. Otro reto enorme, es el de la gestión estratégica del ordenamiento territorial. Hay que apoyar los esfuerzos realizados en los últimos días por las autoridades policiales, encaminados a evitar el flagelo de las mal llamadas “invasiones”, sin embargo, también hay reconocer, que una de las causas estructurales es la ausencia de una prospectiva territorial en los planes de ordenamiento. Aprovechando que algunos municipios deben llevar a cabo revisiones de sus planes, todos los actores públicos y privados debemos apoyar la construcción de una visión de territorio acorde con las condiciones que reclama el siglo XXI.
5. Por último, pero no por eso menos importante, todos los araucanos debemos proponernos construir la paz en nuestros territorio. Para esto, no necesitamos más presencia de la fuerza pública, más cañones o más tanques blindados, lo que se requiere, es la responsabilidad individual de respetar las normas básicas de convivencia, la iniciativa de apoyarnos y protegernos entre todos los ciudadanos de bien, y el compromiso del Estado, a todos sus niveles, para garantizar los servicios sociales básicos a todos los ciudadanos, con especial énfasis en aquellos menos favorecidos.
La cautela me lleva a advertir que muy difícilmente en el año 2021 podamos cumplir con la totalidad de estos propósitos y retos, sin embargo, la esperanza de un nuevo comienzo, me permite soñar con un departamento de Arauca seguro, próspero, organizado y con oportunidades para todos.
¡Mi invitación para todos es a que trabajemos juntos por este gran ideal!
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