En las últimas semanas el gobierno del presidente Iván Duque ha dado a conocer varios de los nombramientos de funcionarios para la carrera diplomática, muchos de ellos de origen político y ligados mayormente al Centro Democrático.
Esta situación reabrió la antigua discusión sobre si los cargos diplomáticos pueden ser ocupados por personas que provienen de los partidos políticos o si necesariamente se requieren funcionarios de carrera, difundió EL TIEMPO.
La polémica se acrecentó luego de que el Ministerio de Relaciones Exteriores confirmó este martes los nombramientos de Pedro Agustín Valencia Laserna (hermana de la senadora Paloma Valencia), como cónsul en Miami; de Ana Milena Muñoz de Gaviria (esposa del expresidente César Gaviria), como embajadora en Egipto; y Felipe García Echeverri (exmagistrado del Consejo Electoral y afín al Centro Democrático) como jefe de misiones diplomáticas de la embajada en Bélgica y la Misión de Colombia ante la Unión Europea.
Entre los nombramientos hay algunos polémicos, como el caso de Carolina Náder Dangond, quien fue nombrada como directora de acompañamiento familiar en el Departamento de Prosperidad Social. Náder es esposa de Daniel García Arizabaleta, involucrado en el caso Odebrecht.
Juan Camilo Valencia, hijo de Fabio Valencia Cossio y hermano del Senador del Centro Democrático Santiago Valencia fue nombrado Embajador en Indonesia.
Pero los nombramientos no son solo diplomáticos. Por ejemplo, Clara Elena Parra Beltrán, esposa del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, fue nombrada Alta Consejera Presidencial para el Sector Privado y la Competitividad, y Natalia Bedoya, reconocida twittera uribista y excandidata a la Cámara por el Valle por el Centro Democrático obtuvo un contrato de casi 9 millones de pesos con el Ministerio del Interior para trabajar por un mes.
Históricamente ha sido normal que los gobiernos de turno nombren en las embajadas y cargos consulares a personas de su afecto o cercanas a los partidos de su coalición, pues la normativa vigente establece que estos cargos son de libre nombramiento y remoción.
Así lo aseguró Sandra Borda, docente de la Universidad de los Andes y magíster en Relaciones Internacionales, quien dijo que “estos nombramientos sirven para establecer alianzas políticas, para devolver favores”
“Esto no es particular de este gobierno. No significa que esté bien, pero digamos que esto es lo que han hecho todos los gobiernos en este país con los nombramientos diplomáticos. Son nombramientos que están hechos bajo la lógica de la política interna y no bajo la lógica de la política exterior”, apuntó Borda.
En el mismo sentido se pronunció el docente de la Universidad del Rosario Mauricio Jaramillo, para quien debe haber “un porcentaje pequeño de personas de confianza del presidente, que estén en la misma sintonía ideológica, el problema es que ese porcentaje se pervirtió hace tiempo y desde hace tiempo son mayoría”.
Una de las razones por las cuales se han “pervertido” estos nombramientos, según algunos académicos, es porque la carrera diplomática en Colombia aún “es muy débil” y prevalecen los intereses partidistas.
“En Colombia la carrera diplomática es muy débil, por eso habría que cambiar los requisitos de los cargos de tal suerte que para ser embajador se necesiten algunos aspectos mínimos, como saber inglés en los países donde se requiera el idioma”, expresó el docente de relaciones internacionales de la Universidad Externado, Jorge Iván Cuervo.
Algunas voces del Centro Democrático salieron en defensa del gobierno y calificaron como “resentimiento” las críticas de algunos sectores de la oposición por estos nombramientos.
“El aval del presidente Iván Duque es del Centro Democrático, por lo tanto excandidatos, líderes y toda persona del partido que cumpla con el perfil debería ingresar al Gobierno”, aseguró el representante uribista Christian Garcés.