Este bogotano, nacido en 1944, dedicó gran parte de su vida a recorrer el país, muchas veces a lomo de mula o a pie, y creó una obra única que, en más de 20 libros, cuenta la historia de una Colombia muchas veces ignorada: el país rural, campesino e indígena que ha sufrido los embates de la guerra. Un hombre que a través de su prosa les permitió a sus lectores conocer las entrañas del conflicto armando. Este jueves, el periodismo se cubrió de luto por su fallecimiento a los 75 años. Su hijo fue el encargado de confirmar la noticia. “A quienes quisieron a mi padre, Alfredo Molano Bravo, les cuento mi dolor por su partida. Hasta el último día de su vida peleó con todas sus fuerzas”, dijo.
Tal vez, su último gran aporte al país fue a través de la Comisión de la Verdad de la que hacía parte desde 2018. El día de su posesión le dijo a SEMANA que el equipo intregado por 11 personas debía esclarecer una verdad histórica oculta y muchas veces falsificada. “Por eso, escucharemos a las víctimas, victimarios y quienes tengan información que brindarnos sobre lo que pasó. Nuestro trabajo aportará a la convivencia y es como un polo a la tierra de la implementación en estos momentos”, aseguró.
Cuando estaba en el colegio escribió su primer texto y en 1979, hace 40 años, publicó su primer libro. En 2014 recibió un doctorado Honoris Causa otorgado por su alma máter, la Universidad Nacional y en 2016 recibió el premio Simón Bolívar a la Vida y Obra de un periodista. En ese momento, el jurado del premio le agradeció al escritor y periodista las letras, los años y los pasos que dedicó a darle vueltas a “Colombia como si él fuera su guardián”.
Para mí, escribir es enfrentarme al ruido y al tiempo. Los primeros palotes, largos y negros, hechos con un lápiz sin punta, desbordaban los renglones del cuaderno; cuando aprendí a hacer las letras, palmer, con pluma, las manchas eran mi firma. Los exámenes de colegio, ya con esfero, no solían responder preguntas sino ensayar retos. No aprendí a escribir bien a máquina, pero me gustaba oír el timbre al final de la línea”, dijo en marzo de 2016 al recibir el Premio Simón Bolívar a la Vida y Obra.
“El fallecido Alfredo Molano fue la grabadora ambulante de todas las periferias colombianas. Le narró al país los territorios olvidados y atravesados por la violencia. Se le va a extrañar mucho en estos tiempos de memoria y verdad”, escribió Gonzalo Sánchez en su cuenta de Twitter. En esa misma plafatorma se pronunciaron el Ministerio de Cultura y personalidades como Jesús Abad Colorado.
Tomado de: Revista Semana