La Corte Suprema estadounidense es en teoría una institución sagrada y ajena a partidismos políticos, pero el nuevo juez Brett Kavanaugh inclinó la balanza del tribunal hacia una mayoría conservadora, como no ocurría desde hace décadas.
En su juramento el lunes en la Casa Blanca, tras un polémico proceso de confirmación en el Senado, en el que afrontó acusaciones de agresión sexual, Kavanaugh, de 53 años, prometió servir al país y no a un partido político, difundió AFP.
“La Corte Suprema es una institución de derecho. No es partidista ni es una institución política”, dijo Kavanaugh, quien hizo su debut este martes en el tribunal de nueve miembros, en medio de la protesta de un puñado de manifestantes frente al edificio en Washington.
Pero Steven Schwinn, profesor en la Universidad de Derecho John Marshall de Chicago, sostuvo que la corte siempre ha sido tanto una institución judicial como política.
Con el tiempo, el tribunal ha oscilado de derecha a izquierda: al inicio del siglo 19 defendió la esclavitud y en la década de 1960 fue clave para terminar con la segregación racial.
Pero “la corte no ha sido conservadora desde la década de 1930”, cuando se opuso al New Deal que el presidente Franklin D. Roosevelt impulsó ante a la Gran Depresión, dijo Carl Tobias, profesor de Derecho de la Universidad de Richmond.
Con la llegada de Kavanaugh, la Corte queda formada por cuatro liberales nombrados por presidentes demócratas, y cinco conservadores elegidos por republicanos.