Cientos de migrantes hondureños descansan por unas horas en Guatemala con la esperanza de ingresar a México este viernes para continuar su travesía hacia Estados Unidos, donde buscan escapar de la pobreza y violencia que los agobia en su país.
La mayoría pernocta en el cemento del parque de la ciudad de Tecún Umán, fronteriza con México, aguardando la luz de día para emprender el camino que los lleve hasta la frontera sur de Estados Unidos.
Muchos han quedado desconcertados por el ofrecimiento del gobierno mexicano de brindarles un pase especial para permanecer un año en ese país.
Pero también algo inconformes, pues tienen que esperar cinco días para obtener la “tarjeta humanitaria” que les permitirá quedarse legalmente, tener empleo, educación y servicios de salud básicos en territorio mexicano.
“Yo creo que nos quieren engañar en México, muchos no estamos dispuestos a esperar cinco días porque nuestro objetivo es llegar a Estados Unidos”, comentó a la AFP la madre soltera Alma Mendoza, quien se hace acompañar de sus tres hijos de entre 6 y 16 años.
“No tenemos dinero y mucho menos comida, lo que queremos es seguir en la caravana para llegar a nuestro destino”, agregó esta enfermera de 35 años que dejó la capital hondureña, Tegucigalpa.
De tez morena y cabello largo, Mendoza se mostró confiada en que el presidente estadounidense, Donald Trump, no sea “duro con esas leyes (migratorias) que tiene y nos deje pasar”.
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Las corrientes migratorias de los últimos meses han despertado la cólera del presidente Trump, cuya discusión con los demócratas para que sean incluidos en el presupuesto anual fondos para construir un muro fronterizo con México mantiene paralizadas desde hace semanas parte de las dependencias federales estadounidenses.
Pero ajenos a estas discusiones, los migrantes no se rinden. Franklin Aguirre imploró así a las autoridades migratorias de México que les eviten los obstáculos y les permitan continuar la marcha a pie para alcanzar el llamado “sueño americano”.
A sus 24 años, Aguirre afirma que en San Pedro Sula no consigue trabajo, la violencia se disparó y la canasta básica está por los cielos.
“Uno no tiene que ver las noticias para ver la crisis que vive mi país, porque nosotros la vivimos en carne propia todos los días”, lamentó.
– Permiso excepcional –
La directora de Control y Verificación Migratoria del Instituto Nacional de Migración (INM), Ana Laura Martínez de Lara, aclaró que el ofrecimiento de otorgar las tarjetas de “visitante por razones humanitarias” a migrantes centroamericanos “es una excepción, y solo es para esta caravana”.