Trump sugiere que habrá una segunda reunión con el presidente ruso tras la celebrada el lunes en Helsinki
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha asegurado este jueves en Moscú que existen fuerzas en Estados Unidos que quieren “sacrificar” por meros intereses partidistas las relaciones entre ambos países, aunque ha admitido que estas se encuentran “incluso peor que en los tiempos de la guerra fría”. Durante un encuentro con sus embajadores en el mundo, Putin ha asegurado en referencia a las críticas internas contra Donald Trump tras el encuentro entre ambos en Helsinki del pasado lunes: “Vemos que hay fuerzas en Estados Unidos que están dispuestas a sacrificar las relaciones ruso-estadounidenses, a sacrificarlas en el altar de sus propias ambiciones en la batalla política en ese país. Fuerzas para las que los intereses de partido son más importantes que los intereses nacionales”. Publica EL PAÍS.
Putin entiende que la cumbre bilateral ha abierto “el camino a cambios positivos” y que los dos mandatarios han intentado encontrar “puntos de conexión”. “De eso hemos hablado en la reunión con el presidente de EE UU durante una cumbre que en general fue exitosa y llevó a acuerdos útiles”, ha dicho durante la cumbre con sus embajadores y la cúpula del Ministerio de Exteriores.
Frente a ello, ha asegurado, están esas “fuerzas” que dice que quieren torpedear tanto las relaciones bilaterales como la cumbre misma. “Están dispuestas a sacrificar incluso cuestiones de su propia seguridad” nacional, los intereses de sus aliados en Europa y Oriente Próximo, y los intereses de sus propias empresas. “Y están dispuestos a perder puestos de trabajo en EE UU”, ha añadido, al renunciar a la cooperación con las empresas rusas. “Se trata de decenas de miles [de puestos de trabajo], o quizás cientos de miles”, ha agregado.
El presidente ruso ha explicado: “Pese a todas las diferencias de nuestras posturas, hemos coincidido en que las relaciones ruso-estadounidenses (…) están incluso peor que en los tiempos de la Guerra Fría”. Y ha añadido que los problemas acumulados durante años no se arreglan en unas horas –que es lo que duró la primera cumbre entre los dos presidentes–, pero “el camino hacia cambios positivos se ha empezado a andar”.