El papa Francisco firmó el decreto que reconoce las “virtudes heroicas” del controvertido obispo de Santa Rosa de Osos (Antioquia) Miguel Angel Builes (1888-1971), el primer paso en el proceso de beatificación, informó este lunes la oficina de prensa del Vaticano.
El obispo, fundador de varias congregaciones religiosas, nació el 9 de septiembre de 1888 en Donmatías (Antioquia) y falleció el 29 de septiembre de 1971 en Medellín y fue conocido por sus controvertidas y rígidas posiciones contra los gobiernos liberales del país y considerado una figura ultraconservadora.
Creó la congregación de Hermanas Misioneras de Santa Teresita de Jesús y el Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal, con presencia en muchos países del mundo, especialmente en África. También la Congregación de Hermanas Contemplativas del Santísimo y la Congregación de Hijas de Nuestra Señora de las Misericordias.
Sus defensores aseguran que vivió en total austeridad y que mantuvo siempre abierta las puertas del obispado a los más necesitados.
Pero su trayectoria también le ha granjeado muchas críticas, debido a sus posiciones, consideradas extremistas.
“Más como la moda es una dulce tirana, a última hora ha dejado de ser moda femenina en las mujeres para volverse en ellas mismas moda masculina, y han resuelto aparecer ante la faz del mundo, pásmese el cielo, vestidas de hombre y montadas a horcajadas con escándalo del pueblo cristiano y complacencia del infierno”, decía en una pastoral de 1927, la misma en la cual decía que se reservaba la “absolución de este pecado contra la moral cristiana”.
Para monseñor Builes, llevar pantalón y montar caballo “a lo hombre” eran pecados, por lo menos para las mujeres bajo la órbita de la diócesis de Santa Rosa de Osos.
Así mismo, en los años posteriores, en los que se sucedieron gobiernos liberales entre 1930 y 1946 (Enrique Olaya Herrera, Eduardo Santos, Alfonso López Pumarejo y Alberto Lleras Camargo, conformaron el periodo que se conoce como la ‘República liberal’), Builes revivió la idea de que las ideas liberales también eran pecado: “Nada más erróneo, pues lo que es esencialmente malo jamás dejará de serlo, y el liberalismo es esencialmente malo”, decía en 1931, según recoge un artículo del Banco de la República.
Durante ese periodo se opuso a la laicización de la educación, a la separación entre la Iglesia y el Estado, a las normales superiores oficiales, a la autonomía universitaria, a las publicaciones del Ministerio de Educación, a obras como las del muralista Pedro Nel Gómez –que incluían desnudos-, a los carnavales populares, a los reinados, a la soltería, y, con los años, llegó a radicalizarse y atacar incluso al cine ya la presencia de mujeres solas en espacios públicos.
Por sus posiciones, cercanas al conservatismo y en especial a la figura del político Laureano Gómez, en épocas en que ya se vivía ‘La Violencia’ bipartidista, y por su negativa a absolver liberales, críticos posteriores lo han señalado de ser un atizador de la violencia política de esos años, especialmente en Antioquia, donde fue obispo de Santa Rosa de Osos más de 40 años y libró las “batallas de la fe” hasta su muerte, en 1971.
Cuando Builes murió, ya habían pasado siete años del Concilio Vaticano II, la gran reforma de la Iglesia del siglo XX llevada a cabo por el papa Juan XXIII, y que sería una de las inspiraciones del del Documento de Medellín, como se conoce a las conclusiones de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, que sentaría las bases para una Iglesia latinoamericana más enfocada en la justicia y la paz y la doctrina social de la Iglesia y la opción por los pobres que luego asumiría con mayor convicción la teología de la liberación.
El decreto del papa Francisco sobre monseñor Builes fue firmado junto con otros durante una audiencia con el cardenal y prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Angelo Amato, el pasado viernes.
El camino hacia la santidad tiene varias etapas: la primera es la confirmación de las virtudes heroicas para ser declarado “venerable siervo de Dios”, la segunda beato y la tercera santo. Builes ya es considerado venerable.
Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión y para que sea canonizado, hecho santo, se precisa un segundo milagro obrado “por intercesión” después de ser proclamado beato.
Fuente: El Tiempo