Se venció plazo para cumplir orden de un juez. 1.000 menores siguen distanciados de sus padres.
Casi la mitad de los niños que fueron separados de sus padres en la frontera entre Estados Unidos y México, como parte de la política de cero tolerancia contra la inmigración ilegal de la administración de Donald Trump, seguían esta semana en el limbo, no obstante la decisión de un juez federal que ordenó la reunificación de los menores con sus familias. Publica EL TIEMPO.
De hecho, este jueves venció el segundo plazo que había impuesto el magistrado de California Dana Sabraw para que la administración republicana devolviera a todos los menores de entre 5 y 17 años que fueron separados de sus padres en los más de 2 meses que estuvo en vigor esta política.
En total, se estima que al menos unos 2.600 niños fueron arrancados de sus familias cuando intentaban atravesar ilegalmente la frontera o llegaron pidiendo asilo.
De esos, de acuerdo con estadísticas del mismo Departamento de Justicia, al menos 1.000 no han sido reunificados aún con sus familias, y un alto porcentaje quizá nunca lo sea.
De acuerdo con las cifras, unos 880 ya lo fueron, mientras que otros 540 lo estarán en los próximos días, pues ya se estableció su paradero y el de sus familias.
Según la administración, con el resto de los niños han surgido varios problemas que han impedido la reunificación.
De un lado, en 463 casos, los padres de estos niños ya fueron deportados a sus países de origen, por lo que el proceso para ubicarlos se hace más complicado.
Además, de acuerdo con Mathew Albence, funcionario de la agencia para la Inmigración y Aduanas (ICE), muchos de estos padres no quieren ser ubicados porque prefieren que sus hijos permanezcan en Estados Unidos.
“A todos ellos, como es nuestra práctica, se les ofreció la oportunidad de llevarse a sus hijos en el proceso de deportación, pero lo rechazaron. Y no lo hacen porque ya cumplieron con su objetivo, que era poder meter a sus hijos a EE. UU. aunque fuera ilegal”, dijo Albence.